Monólogo interior

En este artículo se explica qué es un monólogo interior, cuáles son las características del monólogo interior y, además, podrás ver un ejemplo de un texto narrado utilizando está técnica.

¿Qué es un monólogo interior?

El monólogo interior es una técnica narrativa en la que un personaje expone sus pensamientos y sus emociones. Es decir, el monólogo interior consiste en un personaje reflexionando consigo mismo mientras expresa sus pensamientos.

Así pues, en un monólogo interior el lector tiene acceso a la voz interna de un personaje y sabe exactamente qué está pensando.

En general, el monólogo interior está narrado en primera persona, ya que es un discurso interno que tiene el personaje y, por tanto, es como si se hablara a sí mismo.

La creación de la técnica narrativa del monólogo interior se atribuye a Édouard Dujardin, en su obra de Les lauriers sont coupés (1887). Asimismo, el monólogo interior tuvo un papel importante en la renovación de la novela en el siglo XX.

Características del monólogo interior

Las características del monólogo interior son:

  • Seguido: normalmente el monólogo interior está escrito en un único párrafo y sin puntos y aparte. De este modo se da más continuidad en el fluir de las ideas, sentimientos, recuerdos, etc.
  • Libre: no hay una estructura fija que se debe seguir en el monólogo interior, sino que el personaje puede saltar de un pensamiento a otro de manera totalmente libre, sin justificación alguna.
  • Sin destinatario: no existe un destinatario en el monólogo interior, es decir, los pensamientos del personaje no van dirigidos a nadie, pues son para él mismo. El personaje simplemente está pensando, es como si hablara consigo mismo.
  • Presente: generalmente se utiliza el tiempo presente en un monólogo interior, aunque también se puede emplear un tiempo pasado o futuro.
  • Acerca al lector: el lector puede conectar con el personaje ya que descubre sus pensamientos y sus emociones, lo que acerca al lector al personaje y a su punto de vista.

Ten en cuenta que lo más habitual es que solo algunas partes del relato estén escritas en forma de monólogo interior, resulta difícil escribir una novela entera empleando únicamente esta técnica narrativa. Puedes consultar cuáles son los otros tipos de narradores en esta página web.

Ejemplo de monólogo interior

A continuación puedes ver un ejemplo de un extracto de una narración que utiliza la técnica del monólogo interior para acabar de entender su significado.

Si no encuentro taxi no llego. ¿Quién sería el Príncipe Pío? Príncipe, príncipe, principio del fin, principio del mal. Ya estoy en el principio, ya acabó, he acabado y me voy. Voy a principiar otra cosa. No puedo acabar lo que había principiado. ¡Taxi! ¿Qué más da? El que me vea así. Bueno, a mí qué. Matías, qué Matías ni qué. Cómo voy a encontrar taxi. No hay verdaderos amigos. Adiós amigos. ¡Taxi! Por fin. A Príncipe Pío. Por ahí empecé también. Llegué por Príncipe Pío, me voy por Príncipe Pío. Llegué solo, me voy solo. Llegué sin dinero, me voy sin… ¡Qué bonito día, qué cielo más hermoso! No hace frío todavía. ¡Esa mujer! Parece como si hubiera sido, por un momento, estoy obsesionado. Claro está que ella está igual que la otra también. Por qué será, cómo será que yo ahora no sepa distinguir entre la una y la otra muertas, puestas una encima de otra en el mismo agujeró: también a ésta autopsia. ¿Qué querrán saber? Tanta autopsia; para qué, si no ven nada. No saben para qué las abren: un mito, una superstición, una recolección de cadáveres, creen que tiene una virtud dentro, animistas, están buscando un secreto y en cambio no dejan que busquemos los que podíamos encontrar algo, pero qué va, para qué, ya me dijo que yo no estaba dotado y a lo mejor no, tiene razón, no estoy dotado. La impresión que me hizo. Siempre pensando en las mujeres. Por las mujeres. Si yo me hubiera dedicado sólo a las ratas. ¿Pero qué iba a hacer yo? ¿Qué tenía que hacer yo? Si la cosa está dispuesta así. No hay nada que modificar.

Pedro en Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos (1962)

Monólogo interior y flujo de conciencia

El monólogo interior y el flujo de conciencia son dos técnicas narrativas que suelen confundirse, ya que son muy parecidas. Por eso en este apartado veremos en qué se diferencian.

El flujo de conciencia es una técnica narrativa en la cual un personaje expresa sus sentimientos utilizando su voz interna. Así pues, el monólogo interior y el flujo de conciencia son dos técnicas narrativas con algunas características similares.

No obstante, el flujo de conciencia es el monólogo interior llevado al extremo, de manera que no hay un desarrollo lineal de los pensamientos del personaje, sino que van surgiendo espontáneamente. Además, el texto suele aparecer de manera desordenada, incluso sin signos de puntuación. Asimismo, a menudo no se respeta la gramática ni la ortografía.

Monólogo interior y soliloquio

El monólogo interior y el soliloquio son dos técnicas narrativas que también tienen algunas similitudes, aunque son más diferentes entre sí que el monólogo interior y el flujo de conciencia.

El soliloquio consiste en un discurso que mantiene un personaje consigo mismo en la que expresa sus pensamientos y sentimientos. Es decir, el soliloquio es como si un personaje pensara en voz alta.

La principal diferencia entre un monólogo interior y un soliloquio es que el monólogo interior no tiene ningún destinatario, en cambio, el soliloquio sí que va dirigido a alguien ya que expresa sus sentimientos hacia un tú no explícito.

Ver: Soliloquio

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